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Este es un blog que he creado para hablar de mis experiencias sexuales, cada una de ellas, para que los lectores puedan excitarse con lo que leen, soy novato en esto espero que comenten y me digan que piensan de lo que escribo, que mejorar en mi redacción, algunas preguntas morbosas, cualquier cosa, feel free to tell me or ask me anything!, y cuidado nuestra historia podría estar aquí

viernes, 2 de agosto de 2013

Juan Antonio



Un chico singular sin lugar a dudas, su rostro era muy atractivo, blanco, cabello lacio, castaño, delgado, con músculos grandes aunque no definidos, le daban un cuerpo atractivo, de personalidad dulce, inteligente, definitivamente un buen partido, pero no para mí, demasiada inocencia y dulzura me hacen sentir como un bandido, esa noche el llego a mi casa, su hermana lo fue a dejar a mi casa para que pudiéramos estudiar juntos, aunque es obvio, que aunque nunca lo hablamos, él tenía ganas de mí, creo que más de las que yo tenía de él.
Entro en mi casa y era obvio que no íbamos a estudiar, eso él lo sabía nuestro plan era jugar videojuegos, ver tv y pasar un rato de diversión sana, pero las cosas no salieron como habíamos planeado, salieron mucho mejor. Fuimos directo a mi cuarto, vimos la tv, jugamos un poco, caricaturas, hasta que yo me decidí a divertirme esa noche, lo cual sabía era arriesgado pues no sabía cómo respondería a mi propuesta, el usaba lentes, lo que le daba un aire de intelectual a su corta edad, así que se los quite, y los puse fuera de su alcance, entonces le pregunte: -¿te gusto?, él se quedó sin palabras no podía articular palabra, así que yo seguí adelante con mi plan, y le pregunte: -¿Qué tal si jugamos a algo más interesante?, se me quedo viendo sin variar su expresión, entonces seguí diciéndole que podía hacer que pasara un momento muy agradable, él se sobresaltó y me pidió que le pasara sus lentes, yo le conteste que me respondiera y que se los daba, él me dijo que tenía que irse y que le entregara sus lentes, yo aún no había terminado, le dije que me diera un beso y que le entregaría sus lentes, él se enojó conmigo y empezó a asustarse y pedir que le pasara sus lentes una y otra vez, podía ver la ira y el miedo mezclados en sus ojos, tome sus lentes y decidí jugar mi última carta, tome sus lentes en mi mano, me acerque mucho a  su rostro, vi la confusión en sus ojos, le susurre al oído: -¡yo puedo hacer que cambies de parecer, y te quedes!, entonces suave y lentamente deposite un beso en su sus bonitos y delineados labios rosas, tan pronto lo hice vi como la expresión de su cuerpo se relajó, como se lo prometí después de ese beso le entregue sus anteojos, entonces le pregunte al oído: ¿Aun tienes ganas de marcharte? Él se quedó en silencio y la expresión de su rostro había cambiado, solo prevalecía la confusión, si se iba, se mantenía ecuánime con sus ideales y educación, más si se iba se perdería de la oportunidad que el mismo sabía bien de deseaba tener. Por fin decidí ayudarlo a decidirse y comencé a besarlo lenta y apasionadamente, a acariciar su rostro, lenta y suavemente, muy despacio para no asustarlo deslice suavemente mi mano bajo su playera, su torso era muy suave, no tenía más de 22 años, poco a poco logre que él se sintiera cómodo, hasta que estire mi mano para apagar la luz, él ya había caído en mi red, una red en la que todos caen por decisión propia, por eso cuando una presa se resiste como en este caso él lo hizo, hace que la caza de la bestia sea más emocionante. Poco a poco nos despojamos el uno al otro de nuestras prendas que tanto nos estorbaban, él era un hombre joven con unas piernas magnificas, musculosas, marcadas, con poco vello, un pecho fuerte con vello, una espalda ancha y fuerte, la blancura de su piel era algo muy bonita aunque admito que prefiero a los chicos bronceamos, pero él era todo lo que yo podía desear aquella noche, con una cuerpo fuerte y alma que parecía inocente y ávida de pasión. Estábamos desnudos, ambos admirando la belleza  de nuestros cuerpos,  entonces me acerque nuevamente a su oído y le pregunte; ¿Aun tienes deseos de irte?, él me respondió de la misma forma: -No, creo que ya no, yo lo tome fuertemente de la cintura y comencé a besarlo ahora de una forma más salvaje, con más pasión, y respondió de la misma forma, me beso el cuello, entonces lo tome de la cabeza y lo baje hasta la parte de mí que tenía más ánimos, él lo sujeto y me dijo que nunca lo había hecho, yo le dije que lo intentare, de forma un poco desconcertada lo metió a su boca y empezó a jugar con él, vi como poco a poco despertó la lujuria en él, estaba más excitado y desinhibido, disfrutando el acto, con su lengua, sus labios besándolo, poca poco hasta que lo forcé a ponerlo todo en su boca, él no se resistió, sino más bien se sometió a mi voluntad, yo comencé a acariciar su espalda, y sus redondeados y grandes glúteos, cuando la hora llego de yo querer introducirme en él, el nuevamente estaba temeroso, y con frases que he escuchado muchas veces, exclamo: ¡Esta muy grande, me va a doler, no creo poder!, y yo conteste de la forma en que suelo siempre responder, tu relajare, lo hare despacio y con mucho cuidado, y si te duele o no te gusta, te prometo que te la saco y no habrá problema, temeroso acepto, así que me puse un preservativo, y él se recostó sobre su espalda, yo puse sus piernas sobre mis hombros y poco a poco comencé a penetrarlo, la expresión de su boca abierta aspirando aire y apretando los ojos me éxito aún más, con un poco de trabajo estaba por fin totalmente adentro, yo comencé a meterlo y sacarlo lentamente, y poco a poco él se relajaba y su mano deje de apretar mi brazo poco a poco, y los gemidos de placer empezaron a salir de él poco a poco, mientras yo comenzaba a incrementar la velocidad y la fuerza poco a poco, él decía una y otra vez; -¡me alegra haberme quedado!- y lo mucho que le gustaba haberse decidido a quedarse, hasta que la velocidad era muy rápido y él se vino sobre su pecho, yo me vine casi al mismo tiempo cuando él decía; -¡ya sácalo que me duele mucho!, se lo saque una vez me había venido, una vez afuera, me incline, lo bese, y fui al baño a limpiarme, el me alcanzo y me beso, regresamos a la habitación, me pregunto si podía quedarse conmigo a dormir, a lo que yo respondí afirmativamente, aunque sabía que él no era el chico adecuado para mí, su personalidad frágil e inocente me atraía mucho, llamo a su hermana para que no lo pasara a recoger sino hasta la mañana.

Nos metimos a la cama desnudos, viendo la televisión, el recostó su cabeza sobre mi pecho y comenzó a platicar conmigo, no sabía cómo responder a sus preguntas, pues era obvio que ese chico no solo quería quedarse en mi casa sino en mi vida, de la forma más educada le dije que me gustaba mucho, pero que en ese momento no sabía si una relación sería era lo que podía afrontar ya que hacía no mucho tiempo había terminado con mi ex, el primero el mi vida, él lo tomo muy bien, y me dijo que estaba feliz de conocerme y quizá después yo cambiaria de parecer, entonces el comenzó a juguetear conmigo bajo las cobijas, yo estaba listo para el segundo round, aunque confundido, le pregunte; -¿estás seguro de que quieres hacerlo de nuevo?, No quero lastimarte-, una leve sonrisa se asomó en sus labios y contesto; estoy bien, quiero hacerlo de nuevo, entonces me beso y ya desnudos comenzamos a tocarnos de nuevo, la luz del televisor hacía que su piel pareciera más rosa, más viva, esta vez ya no hubo tanto juego previo, cogí un nuevo condón y me lo coloque, lo volteé y quedo recostado, su cuerpo era largo bien formado, un hombre joven bien parecido, dispuesto a que yo lo poseyera, sin muchos preámbulos me incline y lo penetre, sus glúteos grandes y carnosos, daban una sensación muy placentera, aunque la penetración fue más fácil que la primera vez, la sensación de estrechez era la misma, yo lo embestí con ánimo, y con confianza de no refrenar mis instintos, pude ver como el mordía la almohada para no gemir, poco a poco lo fui acomodando hasta hacer la posición clásica en la que el queda en cuatro así yo pude tomarlo por atrás y golpear sus glúteos mientras lo galopaba, él se movía rítmicamente y nuevamente decía lo mucho que le gustaba y que se alegraba de haberse decidido a quedarse conmigo, yo lo apretaba fuertemente de la cintura mientras apresuraba mis movimientos, él estaba sudando, y yo también podría sentir como corrían las gotas de sudor por mi cara y mi espalda, él se incorporó sobre sus rodillas y la fricción hizo que me vinera mientras él se venía en su mano para no manchar las sabanas. Esa noche dormirnos juntos, el feliz por estar conmigo y yo culpable por no poder llegar a sentir lo que el en sus adentros deseaba de mí, no lo he vuelto a ver, ya ha pasado mucho tiempo, aunque sé que nos volveremos a ver, espero que esta vez él no sea tan inocente, así poder actuar sin temor a herirlo.

viernes, 26 de julio de 2013

Andree





Esperaba afuera de la tienda cuando lo vi venir, la descripción grafica no mentía se trataba de un chico apuesto de no más de 20 años de edad de 175cm, la primera impresión fue buena de ambos lados pero el parecía o se esforzaba en lucir totalmente indiferente, caminamos hasta a mi casa, el plan era charlar y conocernos, era una noche lluviosa y aburrida y parecía que en ambos casos solo buscábamos una buena taza de té y una charla entretenida, ya en casa todo giro entorno a los amigos, experiencias trabajo y la escuela, su cabello castaño y mirada ausente era lo que llamaba mi atención, tenía la apariencia de un chico normal, muy bello, su sueño era convertirse en modelo, tenía un bonito cuerpo y la actitud de un modelo, frio, calculador, sin deseos de involucrarse demasiado, la plática parecía demasiado aburrida después de una hora y sabía que pronto sería hora de que fuera a su casa ya que era tarde, y no manifestaba el menor indicio de querer pasar la noche conmigo, yo empezaba a tener un poco de sueño y él lo noto. Ya poco antes de darme por vencido se acercó y puso su pierna sobre mis piernas, supe que esa noche sería mío.

Yo me acerque lo suficiente para dejarle actuar con total libertad en caso de que intentara incrementar la temperatura de mi habitación, y así fue, se acercó lo suficiente como para que nos besáramos pero como bestia que juega con su presa se detuvo, entonces supe que era mi turno, pase mis labios cerca de los suyos jugueteando un poco, sin esperando una reacción de aceptación, pero solo escuche una risilla burlona de sus labio, y me dijo que no buscaba compromisos, a lo que respondí que a mí tampoco me interesaban entonces se recostó, me tomo por los hombros jalándome sobre su cuerpo, pero se detuvo, esperaba a que yo jugara un poco más con él, puse mis labios cerca de su cuello y le bese tiernamente fue entonces cuando susurro que apagara la luz, con el televisor encendido como nuestra única emisión de luz comenzamos a tocarnos y juguetear el uno con el otro. Poco a poco nos fuimos despojando de la roja, su cuerpo blanco, delgado y varonil me encendían cada vez más, quitarse su pequeña trusa azul, me éxito al grado de querer cojeármelo sin clemencia pero en ese momento me dijo al oído, “no vine por esto, no estoy prevenido”, entonces me levante y jale del closet unos preservativos, y él me miro de forma burlona y sonrió para que le acompañara, ya los dos sin ropa, me dijo, “quiero que seas mío” yo me quede un poco aturdido, sabía que quería penetrarme, sus manos en mi espalda lo demostraban, a lo que conteste que ya le había dicho que solo jugaba como activo, entonces comenzó a preguntar si nunca había recibido y si quería probar a lo que conteste que nunca lo había sido y no era una idea que me excitara, me pregunto si yo quería cogérmelo a lo que conteste afirmativamente, entonces poniendo su mano atrás de mí, me dijo puedo ser tuyo si también eres mío, creo que la expresión de mi rostro le dejo claro que eso no sucedería.


Por unos momentos lo vi pensativo, entonces tomando mi miembro me dijo que no quería que lo penetrara, que mi pene era muy grande y no creía que pudiera entrar, yo le respondí que no se preocupara, que usaríamos suficiente lubricante y si el decidía que no podía o no le gustaba entonces pararíamos, se sentó a mi lado, me puso el condón, y se sentó sobre mí, y solo dijo; es muy grande, no me va a entrar, puso mucho lubricante y de forma rápida y repentina lo introdujo dentro de él, estiro el cuello y abrió la boca reprimiendo un grito, en poco tiempo estaba adentro de él, y le murmure; ves como no es tan difícil, el me miro desconcertado y dijo; no pensé que lo pudiera hacer, entonces empezó muy lento a entrar y salir, a moverse y a disfrutarlo poco a poco. Sentí que la sangre me hervía, era mío, estaba disfrutándolo, me incorpore y lo tome por la espalda haciendo que se recostara sobre esta, de forma que ahora yo pudiera embestirlo a mi placar, comenzó a quejarse bramando de placer y pidiendo que lo hiciera más rápido, yo no dude en hacerlo y le di tan fuerte como pude hasta que dijo que quería que se le materia de perrito, la vista era fabuloso, tenía a este joven rubio casi adulto con su trasero bien parado y con una mejilla tocando la cama, mientras yo descargaba todo mi furia sobre él, me sentía vigoroso con deseos de darle toda la noche, pero después de un buen rato en esa posición y entre quejidos que mi pene era muy grande y aunque le encantaba comenzaba a rosarlo, se tendió de lado y con más lubricante comencé a prepararme para venir, de pronto el no aguanto más y al no poderlo prolongar se paró en sus rodillas sobre la cama y con un grito y contracciones abdominales chorreo con intensidad todo el placer que sentía, al ver esta imagen no pude reprimirme más y arroje mis semillas, los dos estábamos sudados, exhaustos, y con la sangre aún caliente y alegres, nos miramos sonreímos, fuimos al cuarto de baño y nos limpiamos, en pocos minutos el volvió a ser el chico frio e indiferente que había conocido unas horas atrás, nunca más lo he vuelto a ver, pero recuerdo su cintura estrecha por donde lo tomaba para impulsarme y penetrar su carne redonda, con sed de mí, su cuerpo definido, rojizo y tensado por la excitación, y su voz pidiendo más aun sabiendo que le torturaba.

Miguel





Soy un chico inofensivo, esas palabras me hicieron reír al leerlas, no estaba de humor para sexo, de hecho no estaba de humor para nadie pero este chico Miguel parecía interesante y me agradaba mucho, yo le dije que a lo mucho quería salir, comer algo y pasarla tranquilo, pero el insistió mucho en conocerme así que después de hacer unas cosas en el trabajo quedé de reunirme con él en una pizzería para comer algo charlar. Le marque por teléfono y pude ver como esperaba en la pizzería con una cara de frustración, de repente tomo el teléfono y vi como miraba a todos lados buscándome sin poder localizarme, así que le dije dónde estaba, solo nos vimos y sonreímos, colgamos, me aproxime a él e invito a sentarme, la pizza no tenía un buen sabor, estaba un poco insípida, pero ambos disfrutábamos de la compañía del otro, hablando de la familia los proyectos , sueños y demás, el parecía hipnotizado por mi persona, mirándome con el pensamiento en otro lado y no en lo que yo decía, sabía que le gustaba demasiado y él no me parecía feo, era un chico con el cabello un poco largo, lacio artificial, de labios muy gruesos, todos dicen que tengo labios carnosos y muy ricos pero los de él eran demasiado grandes, incitaban a pensar morbosamente, de mirada dulce, ojos castaños, y piel muy clara, ya tenía el cuerpo de un hombre, pero su cara y actitud era la de un niño, curioso y atrapado por mi persona.

Salimos del restauran, y fuimos directo a su hotel, estaba claro que yo no tenía ánimos para algo romántico, solo fuimos para que cogiera algo con que abrigarse para salir a dar una vuelta por el centro de la ciudad, la catedral le asusto, parecía que no le atraía nada del arte sacro por lo cual esta ciudad es famosa, así que salimos y fuimos a conocer un poco los alrededores, ya cuando oscurecía regresamos al hotel, estaba claro que yo solo estaría un poco más con él, el prendió el televisor y nos recostamos a verla, ya era un poco tarde y decidí que lo más conveniente era regresar a casa así que le dije que ya me iba que solo iba al baño y luego me retiraría, el me miro tiernamente y entonces pase sobre el para ir al baño cuando le di un pequeño beso rosando sus grandes y rojos labios, el abrió sus ojos muy grande, sonrió y de un jalón me tumbo sobre él y me dijo; -¡NO!, tú no te vas-, yo quede más confundido de lo que el parecía solo un segundo atrás, entonces comenzó a besarme y a abrazarme, no sabía si emprender la retirada o quedarme, quizá un poco más, no tuve muchas dudas de que haría después de un minuto y le dije deja voy al baño y ya regreso, ya fuera del baño de nuevo tuve la idea de irme, pero al verlo esperarme dispuesto a saciar su apetito conmigo decidí quedarme solo un poco más.


Aunque muy tierno y un poco infantil, él no era sino una pequeña fiera ávida de sexo, frenético y un poco salvaje, no dudó en desnudarme con premura, en poco tiempo yo estaba desnudo con muy poco aliento ya que sus labios gruesos y besos profundos me arrancaban el aliento, cuando comencé a desnudarlo apago el televisor y quedamos casi en penumbra, con muy poco luz solo la de una pequeña ventana del baño que podía provocar una leve sombre de su cuerpo varonil y joven, me encanto sentir y tocar su pecho varonil y fuerte, sus manos pequeñas que demandaban le tratara salvajemente, cuando el momento vino me puse un condón hábilmente sin interrumpir los besos ni caricias, me disponía a penetrarlo en misionero de repente con un gesto muy veloz se volteo y se puso en cuatro y con una mano me jalo rápidamente por el pene y lo estrello contra su ano esperando entrara en el de un golpe, su sed de sexo me sorprendió, pero mi pene es muy grueso y hacía mucho que le penetraban así que solo emitió un pequeño gemido pero no entro,  de un salto estaba en el suelo, me sujeto del pene nuevamente y arrastro al cuarto de baño, entramos a la regadera me empujo contra la pared y nuevamente intento penetrarse con mi miembro de un golpe, pero no pudo, aunque poco a poco la tención cedió, yo permanecí como tonto recargado contra la pared mientras él se penetraba muy duro, ya estábamos muy excitados cuando nuevamente cambio de parecer y me llevo a la cama volver a penetrarlo, nuevamente nos costó trabajo pero ya estaba adentro, yo tumbado sobre la cama mientras el galopaba sobre mí con unos gemidos tan sexyes que me costó trabajo aguantar venirme se contoneaba de una forma indescriptible, mientras todo su cuerpo se tensaba y yo tocaba su cola grande, bien parada, muy redonda, exquisita, pero su deseo era ser cogido de la forma más salvaje posible, nuevamente cambiamos de perrito y esta vez fue mi turno de mostrarle de que estaba hecho, así que lo embestí con fuerza brutal sin miedo a lastimarlo ya que sabía que eso era todo lo que deseaba, creo que nunca antes había cogido a nadie tan fuerte , hasta que ambos estallamos simultáneamente en gritos de placer, y orgasmo, el momento fue genial, encendí una pequeña lámpara y él se cubrió rápidamente para que no le viera totalmente, fue al baño y regreso con un bóxer, la velada fue fantástica, nunca me había enganchado tanto de un chico después de tan poco de conocerlo, con una pregunta burlona le dije, bueno Miguel, acabamos de tener un muy buen sexo, pero dime, ¿Recuerdas mi nombre?,, el comenzó a reír y empezó a decir nombres al azar pero decidí hacerlo repelar por lo cual no le dije mi nombre, salimos a la ciudad a comprar algo ya que el sexo nos abrió el apetito, y ya charlando acerca de la familia dije mi nombre sin querer, regresamos al hotel y nos metimos a la cama semi desnudos, él se sentaba sobre mi entrepierna mientras yo le platicaba algo y el acariciaba mi pecho, totalmente embobado con mi persona, se había enganchado conmigo como yo lo estaba de él, cambiábamos de posición y de repente el toco mi pene erecto y me dijo; ¿que es esto?, solo lo hizo para descubrir una erección grande y muy dura, yo reí y le pregunte que si quería más, él sonrió jalo un condón y me lo puso, procedió a apagar las luces y nuevamente se puso en cuatro, esta vez lo penetre rápida y salvajemente, me éxito demasiado la forma en que arqueaba la espalda y bramaba de placer, le volví a dar muy duro, no aguantaba más el poder sentir su culo grande y redondo chocar contra mi sin apreciarlo del todo así que sin avisar prendí las luces de los buros, no escuche ninguna protesta, ahora podía apreciar aquella magnificencia de glúteos muy bien formados, el sueño de cualquier activo, él se volteó y me pidió de misionero, decidí que no tendría piedad de él puse sus talones en mis hombros y le embestí bestialmente, el cerro los ojos mientras gemía más y más fuerte, cuando de repente me tomo de las nalgas para acelerar las embestidas y hacerlas más fuertes, yo accedí a complacerlo y mientras el me impulsaba con las manos y exprimía mi trasero una emisión de semen violenta borboteo repetidamente de su gran herramienta, yo me contuve y vine en el acto adentro del condón, nunca un amante había sido tan apasionado y tan delicioso, ya era de madrugada y era hora de descansar, a él lo habían traído a la ciudad algunos asuntos que le acompañe a resolver a la mañana siguiente, y después tuvimos que despedirnos. No lo he vuelto a ver, aunque guardamos comunicación y espero el día de estar de nuevo con él.

Carlos






Era una noche aburrida, y yo estaba con ganas de salir, pero mis amigos me abandonaron así que decidí buscar a alguien que había estado buscando y a quien había rechazado varias veces, era un chico lindo aunque de cascos ligeros, como 180 de altura, cabello oscuro, ojos grandes y expresivos, a diferencia de otros chicos con músculos más grandes, este más bien estaba definido, no tenía  más de 27 años, esa noche llegue pensando que llegaríamos directo al punto, pero, tenía visitas, un amigo buga, que no era atractivo, aunque si era viril, cabello largo, de estilo punk, me intimidaba un poco, no acostumbro a convivir con chicos como el, cabello largo ropa negra, unas cadenas, algo peculiar, pero era noche de wiski así que me relaje un poco y tomábamos unos tragos mientras este chico punk hacia preguntas sobre los chicos gays, yo prefería mantenerme al margen diciendo que no tenía mucha experiencia y era verdad, era primerizo y había tenido muy pocas experiencias pero muchas de sus preguntas eran tontas y un poco prejuiciosas, así que en algún punto olvide el propósito de mi visita y me di por vencido, así que tome sin cuidado hasta quedar un poco ebrio, en algún punto quede medio dormido en un sillón y cuando abrí los ojos después de quizá 30 minutos lo que vi era al chico punk parado con los pantalones abajo, Carlos hincado chupándole la verga, la verdad es que era una escena excitante, aunque la verga era muy pequeña, comparándola con la mía, después de eso, Calos llevo a este chico a su cuarto y lo recostó sobre un sillón, este quedo dormido casi de inmediato, entonces Carlos me tomo de la mano y me llevo a su cama, yo me sentía incómodo con su amigo junto, pero el apago la luz y comenzó a besarme, las cosas se dieron fluidas y naturales, nos quitamos la ropa, y entonces el comenzó a hacerme un oral, cuando puso sus manos en mi verga dijo; - esta enorme- me hubiera gustado ver la expresión de su cara, el oral no estuvo mal, de hecho fue bueno, su cuerpo era el de un chico joven un poco frio, como su personalidad, pero muy hermoso y sabía que tenía tantos deseos de estar conmigo como yo con él. Mientras el me hacía sexo oral, de forma rápida y como un experto, yo cogí uno de los condones que se encontraban en mi pantalón que estaba en el sueño al lado de la cama, lo puse cerca de su cara, y le pregunte: -¿Quieres?- con prisa él lo tomo, lo abrió e intento colocarlo, pero se vio un poco torpe, pues en sus propias palabras: -¡La tienes demasiado grande para un condón normal- yo sabía que en efecto estaba arriba del promedio, pero era uno operación que ya había realizado algunas pocas veces, así que lo tome y me lo puse, el tomo lubricante de un cajón y se lubrico bien, y a mí también, le dije que se sentara sobre mí, pero él respondió: -Mejor de ladito y la metes poco a poco-. Él se recostó a mi lado y espero a que se la metiera lentamente pero tan pronto estaba seguro de estar en el lugar correcto la inserte de un golpe y sin aviso, solo escuche un leve quejido y vi como fruncía la cara, pero no dijo nada, pronto comencé a darle rápido y fuerte y sus quejidos de placer mi invitaron a continuar con confianza, tocando todo su cuerpo, sentir como en ese instante él era mío, me pertenecía y podía hacer con él lo que me viniera en gana, y decidí darle placer, sentía su cuerpo esbelto y suave, largo, y por primera vez desde que lo toque sentí su calor, o quizá era el mío que había corrido a su cuerpo, no lo sé, solo recuerdo sus gemidos y su voz suave que pedía más y más duro, esto aunado al hecho de saber que su amigo estaba en el sillón que estaba al lado, testigo inconsciente de lo que estaba pasando, me hizo sentir como un macho cojonudo, el me pidió que le diera por detrás y me guió a mi posición favorita, se puso en cuatro, yo me pare sobre su cama y me incline lo suficiente como para fornicarlo, ver a ese hombre algo, en cuatro con un esfínter bien dispuesto para recibirme, me éxito aún más, yo lo tome por los hombros y le di tan duro como pude, cuando él dijo: ¡Que buena verga tienes, vente en mi! No pude más que sentir las contracciones dentro de mí que indicaban que estaba eyaculando dentro de él, dentro del condón, cuando se lo saque, estaba exhausto, estábamos exhaustos, no pudo más que desplomarse sudado y rendido de cansancio sobre el colchón y yo no pude más que hacer lo mismo, lo abrace y dormirnos, su cuerpo recobro su temperatura fría habitual, lo disfrutamos mucho, de ese hecho ya poco más de dos años, el me invito para seguir disfrutando el uno del otro, pero su personalidad fría y falta de cariño me impidieron seguir tratándolo, nunca ha sido mi intención enamorarlos y lastimarlos.

Rafael





Rafael, significa Dios ha curado, el nombre de un Arcángel,  aunque bueno esta historia no tiene nada angelical. Todo comenzó poco tiempo de haber terminado con mi ex, conocí a un chico que por foto lucia extremadamente bien, pero ya chateando con él me revelo que no era el de la foto, pero que no estaba nada mal, me mostro una foto, y la primera impresión que tuve fue que la gorra que portaba en esa foto me era muy conocida, sabía que la conocía, así que le pregunte por su gorra, y me comento que la había compra do en LA, pero que un amigo de él la había tomado prestada y no la había devuelto aun, fue ahí donde caí en cuenta que era la misma gorra que había tenía mi ex, así que decidí investigar un poco más.

No logre obtener mucha información, aunque note que el sentía cierto interés en mí, así que le propuse tener un free, y él dijo que estaba pensando proponerme lo mismo, así que pregunte por un día y él dijo que esa misma noche su hermana había salido fuera y que para él sería genial aprovecharla, pero yo salía a las 10pm de la universidad ese día así que hicimos arreglos para vernos en una plaza poco después de las 10pm, así que me apresure a cambiarme, y en mi maleta de deporte puse un poco de ropa, condones, una toalla, y algunas cosas que pudiera utilizar.

Salí a la universidad y tomaba una clase con un profesor que no me caía nada bien, éramos pocos estudiantes en esa clase en el último piso del edificio, ninguno de los dos elevadores bajo rápido y no tenía ganas de subir a pie, por lo que espere a que bajara uno, cuando llegue ya todos estaban adentro, entre al aula en silencio y el profesor solo se me quedo viendo con un gesto duro, transcurrió la clase y esperaba que esa clase terminara un poco antes como de costumbre, pero no fue así, decidí salirme un poco antes, así que me pare y salí tratando de no llamar la atención cuando escuche que el profesor dijo; -el último en llegar y el primero en irse, va a reprobar el examen- (cosa que no paso) bueno por fin me dirigí hasta la plaza al lugar acordado.

Emprendí el camino a una plaza que se encuentra relativamente cerca de la casa de Rafael, en el camino le mande un mensaje diciendo que estaba en camino, pasaron unos minutos y antes de que siquiera me diera cuenta estaba en la plaza, estaba un poco antes de lo planeado y para llegar al punto adecuado tenía que atravesar el supermercado así que decidí compara algunas cosas que me ayudarían a estar listo para el encuentro, llevaba conmigo mi maleta de entrenamiento ya que me disponía a pasar toda la noche en aquel lugar. Salí del otro lado de la tienda y no bien había salido ya me estaba llamando, conteste el teléfono y su voz era la voz de un adolecente, nada especial, lo vi justo en la puerta, le salude con una discreta sonrisa y el hizo lo mismo, deje que él se adelantara ligeramente en el estacionamiento, y vi que aunque delgado tenía un buen trasero, en el camino hablamos sobre la escuela y algunas otras cosas triviales, llegamos a su casa y me invito a entrar, era un lugar acogedor, nada lujoso pero parecía cómodo, entre y me detuve a ver algunas fotos de él y su familia que colgaban de la pared, el me invito a pasar a su habitación donde platicamos por un momento, algunas otras cosas de la escuela y la familia, tenía una cama individual, yo tome asiento mientras el chateaba en su lap top, empecé a ponerme ansioso y le pregunte si podría darme una ducha, él me dijo que si, así entre a bañarme, el baño era normal, bien limpio, yo trataba de lucir limpio y arreglado, el agua estaba tibia, nunca se calentó de hecho empezó a enfriar aún más, trate de apresurarme , y por fin estaba listo. Él seguía en la computadora con la televisión prendida para que no me aburriera, trate de armar un poco de platica, pero el parecía obsesionado con lo que ocurría en su computadora, así que por fin me di por vencido, y empecé a preguntar por la foto que me había mostrado y su amigo que tenía la gorra, en pocas palabras él me dijo que su amigo había tenido que tener algo que ver con él, solo fajes pero incómodamente para mí eso paso en las mismas fechas en que yo empezaba a salir con él, que mundo tan pequeño, aquella situación me enfermaba y me asqueaba, estaba un poco molesto, pero obvio él no sabía que del chico que hablábamos era mi ex, la razón por la que nunca se concretó nada es porque Rafael estaba enamorado de alguien más, de hecho el chico con el que andaba tenía una relación con alguien más, él era el segundo, y yo me disponía a ayudarle a ponerle los cuernos a su amante, pera la cosa iba lenta, ya había perdido las esperanzas cuando de repente empezó a tocarme la pierna, yo no sabía cómo reaccionar, de repente vi una sonrisa pícara en su rostro, cerro su lap top y la aparto.

La situación era tensa, el me pregunto si aún quería, yo respondí acercándome y empezando a juguetear un rato, seduciéndolo con besos, jugar a besar y no besar, a él le agrado mucho, sus labios eran delgados pero firmes, algo que recuerdo muy bien de él, besos ricos, una lengua menuda pero exquisita, poco a poco la situación se ponía intensa y yo solo pensaba en follarme al chico que había estado con mi ex, poco a poco fuimos retirando la ropa, la luz permaneció encendida todo el tiempo, no era intensa, de hecho era agradable. Su cuerpo era rígido pero su piel suave en extremo,  tenía un torso muy delgado, casi infantil, todo su cuerpo era delgado, hasta su cara que en ocasiones parecía la de un insecto, pero era lindo, el me empezó a desvestir primero, me quito mi playera, y luego los pantalones para detenerse en mi bóxer y al reparar en el inmenso bulto que se había formado, no dudo mucho en llevárselo a la boca y juguetear con él, sus labios finos proporcionaban una sensación de rigidez que me excitaba en sobre manera, hacía un muy buen trabajo, hasta que llegó el momento en que nuestros cuerpos estaban enrojecidos pidiendo más, así que él me vio fijamente y me dijo; “me va a doler”, y yo conteste: “podemos intentarlo y si te duele pues lo dejamos así, no hay problema”, pero era obvio que quería intentarlo, así que dijo; -deja que me siente en él, será más fácil-, así que intento ponerme el preservativo, pero tuve que ayudarlo y uso mucho lubricante para hacer aquello menos doloroso. Suavemente se fue sentando y le tomo bastante tiempo para poder sentarse, hasta que por fin lo logro, yo le pregunte que hace cuánto tiempo había tenido sexo y dijo que hacía solo cuatro días pero que su chico no estaba tan grande como yo, cosa que me enorgulleció un poco y me dieron ganas de darle duro, pero en cuanto él se percató de lo que empezaba a hacer me freno y dijo que el llevaría el ritmo, porque le dolía. Así que empezó a moverse, poco a poco, le tome de las nalgas, eran suaves, muy suaves y eran musculosas, como ya he dicho él es muy delgado pero sus nalgas eran muy carnosas y a medida que aumentaba el ritmo iba apretando más y más su esfínter lo que hacía aquello muy placentero, cada sentón era muy excitante, su gestos faciales eran orgásmicos, por fin le pedí cambiar de posición, y el accedió, lo recosté sobre su estómago y me dispuse a penetrarlo, la sensación era muy rica pero a medida que empezaba a aumentar el ritmo el pedía que por favor fuera más lento, hasta que no soporto más y me pidió que saliera, el me pidió tiempo para ir al baño, cuando regreso, dijo que le dolía mucho cualquier posición y que prefería sentarse para poder llevar el ritmo así que accedí y él se volvió a sentar, esta vez un poco más rápido fue su galopar, su trasero era muy bueno, daban ganas de pegarle con mi mano hasta dejarlo un rojo, por fin le dije que prefería ir de misionero así que lo recosté sobre su espalda y empecé a embestirle muy lento ya que le dolía que fuera rápido. Empezaba a aburrirme pero él lo estaba disfrutando, así que tome su pequeño pene en mis manos y comencé a masturbarle él dijo que si quería que se viniera le masturbara así que lo hice con más animo hasta que por fin se vino sobre su estómago, yo me salí y comencé a hacer lo mismo para venirme. No fue muy difícil alcanzar el orgasmo, yo le basaba en los labios mientras tocaba su trasero con una mano. En general no fue la mejor experiencia sexual que he tenido, pero si fue muy placentera.

Ya después de limpiarnos subimos a su azotea a fumar unos cigarros, todo estaba tranquilo y comenzábamos a tener un poco de sueño, bajamos las escaleras nos recostamos sobre un sillón y le dije la verdad, que ese chico de la gorra era mi ex, me sorprendió que su respuesta haya sido bastante tranquila, de hecho no pareció darle importancia, así que hablamos de otras trivialidades hasta que por fin nos fuimos a su cama a dormir, lo que sucedió después no tiene importancia, esa noche dormí plácidamente, y al día siguiente regrese a mi vida normal, lo vi una vez después, no hemos tenido mayor interacción desde entonces, quizá en el futuro vuelva a saber de él.