Soy un chico inofensivo, esas
palabras me hicieron reír al leerlas, no estaba de humor para sexo, de hecho no
estaba de humor para nadie pero este chico Miguel parecía interesante y me
agradaba mucho, yo le dije que a lo mucho quería salir, comer algo y pasarla
tranquilo, pero el insistió mucho en conocerme así que después de hacer unas
cosas en el trabajo quedé de reunirme con él en una pizzería para comer algo
charlar. Le marque por teléfono y pude ver como esperaba en la pizzería con una
cara de frustración, de repente tomo el teléfono y vi como miraba a todos lados
buscándome sin poder localizarme, así que le dije dónde estaba, solo nos vimos
y sonreímos, colgamos, me aproxime a él e invito a sentarme, la pizza no tenía
un buen sabor, estaba un poco insípida, pero ambos disfrutábamos de la compañía
del otro, hablando de la familia los proyectos , sueños y demás, el parecía
hipnotizado por mi persona, mirándome con el pensamiento en otro lado y no en
lo que yo decía, sabía que le gustaba demasiado y él no me parecía feo, era un
chico con el cabello un poco largo, lacio artificial, de labios muy gruesos,
todos dicen que tengo labios carnosos y muy ricos pero los de él eran demasiado
grandes, incitaban a pensar morbosamente, de mirada dulce, ojos castaños, y piel
muy clara, ya tenía el cuerpo de un hombre, pero su cara y actitud era la de un
niño, curioso y atrapado por mi persona.
Salimos del restauran, y fuimos
directo a su hotel, estaba claro que yo no tenía ánimos para algo romántico,
solo fuimos para que cogiera algo con que abrigarse para salir a dar una vuelta
por el centro de la ciudad, la catedral le asusto, parecía que no le atraía
nada del arte sacro por lo cual esta ciudad es famosa, así que salimos y fuimos
a conocer un poco los alrededores, ya cuando oscurecía regresamos al hotel,
estaba claro que yo solo estaría un poco más con él, el prendió el televisor y
nos recostamos a verla, ya era un poco tarde y decidí que lo más conveniente
era regresar a casa así que le dije que ya me iba que solo iba al baño y luego
me retiraría, el me miro tiernamente y entonces pase sobre el para ir al baño
cuando le di un pequeño beso rosando sus grandes y rojos labios, el abrió sus
ojos muy grande, sonrió y de un jalón me tumbo sobre él y me dijo; -¡NO!, tú no
te vas-, yo quede más confundido de lo que el parecía solo un segundo atrás,
entonces comenzó a besarme y a abrazarme, no sabía si emprender la retirada o
quedarme, quizá un poco más, no tuve muchas dudas de que haría después de un
minuto y le dije deja voy al baño y ya regreso, ya fuera del baño de nuevo tuve
la idea de irme, pero al verlo esperarme dispuesto a saciar su apetito conmigo
decidí quedarme solo un poco más.
Aunque muy tierno y un poco
infantil, él no era sino una pequeña fiera ávida de sexo, frenético y un poco
salvaje, no dudó en desnudarme con premura, en poco tiempo yo estaba desnudo
con muy poco aliento ya que sus labios gruesos y besos profundos me arrancaban
el aliento, cuando comencé a desnudarlo apago el televisor y quedamos casi en
penumbra, con muy poco luz solo la de una pequeña ventana del baño que podía
provocar una leve sombre de su cuerpo varonil y joven, me encanto sentir y
tocar su pecho varonil y fuerte, sus manos pequeñas que demandaban le tratara
salvajemente, cuando el momento vino me puse un condón hábilmente sin
interrumpir los besos ni caricias, me disponía a penetrarlo en misionero de
repente con un gesto muy veloz se volteo y se puso en cuatro y con una mano me
jalo rápidamente por el pene y lo estrello contra su ano esperando entrara en
el de un golpe, su sed de sexo me sorprendió, pero mi pene es muy grueso y
hacía mucho que le penetraban así que solo emitió un pequeño gemido pero no
entro, de un salto estaba en el suelo,
me sujeto del pene nuevamente y arrastro al cuarto de baño, entramos a la
regadera me empujo contra la pared y nuevamente intento penetrarse con mi
miembro de un golpe, pero no pudo, aunque poco a poco la tención cedió, yo
permanecí como tonto recargado contra la pared mientras él se penetraba muy
duro, ya estábamos muy excitados cuando nuevamente cambio de parecer y me llevo
a la cama volver a penetrarlo, nuevamente nos costó trabajo pero ya estaba adentro,
yo tumbado sobre la cama mientras el galopaba sobre mí con unos gemidos tan
sexyes que me costó trabajo aguantar venirme se contoneaba de una forma
indescriptible, mientras todo su cuerpo se tensaba y yo tocaba su cola grande,
bien parada, muy redonda, exquisita, pero su deseo era ser cogido de la forma
más salvaje posible, nuevamente cambiamos de perrito y esta vez fue mi turno de
mostrarle de que estaba hecho, así que lo embestí con fuerza brutal sin miedo a
lastimarlo ya que sabía que eso era todo lo que deseaba, creo que nunca antes
había cogido a nadie tan fuerte , hasta que ambos estallamos simultáneamente en
gritos de placer, y orgasmo, el momento fue genial, encendí una pequeña lámpara
y él se cubrió rápidamente para que no le viera totalmente, fue al baño y
regreso con un bóxer, la velada fue fantástica, nunca me había enganchado tanto
de un chico después de tan poco de conocerlo, con una pregunta burlona le dije,
bueno Miguel, acabamos de tener un muy buen sexo, pero dime, ¿Recuerdas mi
nombre?,, el comenzó a reír y empezó a decir nombres al azar pero decidí
hacerlo repelar por lo cual no le dije mi nombre, salimos a la ciudad a comprar
algo ya que el sexo nos abrió el apetito, y ya charlando acerca de la familia
dije mi nombre sin querer, regresamos al hotel y nos metimos a la cama semi
desnudos, él se sentaba sobre mi entrepierna mientras yo le platicaba algo y el
acariciaba mi pecho, totalmente embobado con mi persona, se había enganchado
conmigo como yo lo estaba de él, cambiábamos de posición y de repente el toco
mi pene erecto y me dijo; ¿que es esto?, solo lo hizo para descubrir una
erección grande y muy dura, yo reí y le pregunte que si quería más, él sonrió
jalo un condón y me lo puso, procedió a apagar las luces y nuevamente se puso
en cuatro, esta vez lo penetre rápida y salvajemente, me éxito demasiado la
forma en que arqueaba la espalda y bramaba de placer, le volví a dar muy duro,
no aguantaba más el poder sentir su culo grande y redondo chocar contra mi sin
apreciarlo del todo así que sin avisar prendí las luces de los buros, no
escuche ninguna protesta, ahora podía apreciar aquella magnificencia de glúteos
muy bien formados, el sueño de cualquier activo, él se volteó y me pidió de
misionero, decidí que no tendría piedad de él puse sus talones en mis hombros y
le embestí bestialmente, el cerro los ojos mientras gemía más y más fuerte,
cuando de repente me tomo de las nalgas para acelerar las embestidas y hacerlas
más fuertes, yo accedí a complacerlo y mientras el me impulsaba con las manos y
exprimía mi trasero una emisión de semen violenta borboteo repetidamente de su
gran herramienta, yo me contuve y vine en el acto adentro del condón, nunca un
amante había sido tan apasionado y tan delicioso, ya era de madrugada y era
hora de descansar, a él lo habían traído a la ciudad algunos asuntos que le
acompañe a resolver a la mañana siguiente, y después tuvimos que despedirnos.
No lo he vuelto a ver, aunque guardamos comunicación y espero el día de estar
de nuevo con él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario